Cuando se habla de cáncer de cabeza y cuello, se abarca a los tumores que se forman en las células escamosas que recubren las superficies de la mucosa (tejidos húmedos) en la boca, la garganta y la nariz.

En la cavidad oral, pueden desarrollarse en labios, lengua, encías, mejillas, paladar, en la zona debajo de la lengua o en las glándulas salivales, que se encuentran en el piso de la boca. En el caso de la garganta, pueden originarse en la faringe o la laringe, que incluye las cuerdas vocales y la epiglotis. En nariz, pueden ubicarse en los senos paranasales o en la cavidad nasal.

Estos tipos de cáncer están asociados principalmente al consumo de tabaco y alcohol; y el riesgo aumenta si se consumen ambos. Por eso, la principal medida de prevención es evitarlos.

También juega un rol importante la infección por virus del papiloma humano (VPH), sobre todo el tipo 16, para el caso de los tumores que afectan las amígdalas y la base de la lengua. En este caso, es importante mencionar dos medidas importantes: la vacuna, que está incluida en el calendario nacional de Argentina para niños y niñas a los 11 años, y el uso de preservativo en todas las prácticas sexuales.

Hay otros factores de riesgo más difíciles de evitar, como la exposición laboral al polvo de madera o de níquel, al asbesto, al formaldehído o a la radiación.

Los síntomas a los que hay que prestar atención son un bulto en el cuello, llagas en la boca o la garganta que no sanan, dolor de garganta persistente o dificultad para tragar, cambios en la voz, manchas blancas o rojas en encías, lengua o mucosas, zumbidos o dolor en los oídos o dificultad para oír, dificultad para respirar o hablar, congestión nasal que no cede, sinusitis que no responde al tratamiento, sangrado por boca o nariz, dolor en los dientes o molestias en las prótesis dentales, adormecimiento de los músculos de la cara, entre otros.

Si bien no existen estudios específicos de rutina para detectar estos tumores, en la consulta odontológica se puede examinar la cavidad oral para buscar signos de cáncer.

Es importante mencionar que el cáncer de cabeza y cuello es más frecuentes en varones que en mujeres, y ocurren sobre todo después de los 50 años.

De acuerdo al diagnóstico específico y el estadío del tumor, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia. Además, hay opciones de terapia dirigida o inmunoterapia.

En el abordaje de estos casos, es clave el trabajo interdisciplinario, que puede abarcar a especialidades como cirugía de cabeza y cuello, anatomía patológica, oncología, radioterapia, diagnóstico por imágenes, odontología y estomatología, dermatología y nutrición. También es fundamental el soporte de salud mental y trabajo social.